Pobladas de cuerpos perfectos, las vallas publicitarias prometen el fin de la celulitis, pieles aterciopeladas en cuestión de semanas. Es fácil dejarse llevar por las falsas promesas, pero estos milagros no existen. Dejemos de engañarnos: una vez «instalada», la celulitis no se elimina, si bien, con constancia, puede reducirse al aspecto de «piel de naranja».
Es el enemigo a batir. La celulitis afecta a más del 90 por ciento de las mujeres del planeta. Se localiza fundamentalmente en glúteos, muslos y caderas, pero también puede aparecer detrás de las rodillas, en los brazos o en el abdomen. Conocida como «piel de naranja», representa una de las grandes preocupaciones estéticas femeninas si bien, en principio, la medicina no la considera una enfermedad.
Su aspecto salta a la vista pero, ¿qué es? Aquí empieza el problema porque ni los médicos se ponen de acuerdo. Para algunos, como la cirujano plástico Carmen Huertas, especialista en cirugía estética Granada, «no estamos ante una patología, sino ante un proceso inflamatorio celular». Sin embargo, otros facultativos, no aceptan esta definición: «Para que nos entendamos, la mal llamada «celulitis» (el término supone que se trata de una inflamación de las células y no es verdad) consiste en una serie de irregularidades que aparecen en la piel como consecuencia de que la grasa empuja hacia fuera, pero la piel es retenida por los tabiques que la sujetan», explica la doctora Carmen Huertas Bueno, cirujano plástico y especialista en Cirugía Plástica, estética y reparadora en Granada.
¿Y por qué se produce este proceso? «Por causas genéticas y hormonales, -continúa el especialista-. De ahí que se presente sobre todo en las señoras y se centre en las zonas donde éstas acumulan mayor cantidad de grasa. Por otra parte, en su aparición también influyen la mala circulación y otros factores que no son de origen genético: una vida sedentaria (al no haber movimiento, disminuye la circulación sanguínea), malos hábitos en la alimentación, el tabaco.».
A la hora de determinar qué tipo de mujeres son las más propensas a sufrir este problema, el doctor no tiene dudas: «Nadie está a salvo. Es un error pensar que sólo aquéllas con un exceso de peso lo padecen. También las delgadas y menudas pueden sufrir esta alteración en la piel, que ha existido siempre, aunque es ahora cuando, por gracia o por desgracia, está de moda hablar del asunto. Las féminas se preocupan de gustarse a sí mismas y, queramos o no, estamos inmersos en la cultura del culto al cuerpo».
Un problema sin solución
No hay que engañarse: una vez instalada, es difícil que la celulitis desaparezca del todo. «Imposible», asegura la doctora Huertas, cirujano plástico para el que «ni la liposucción acaba totalmente con ella, si bien mejora mucho el aspecto de la piel y a veces consigue resultados espectaculares».
De la misma opinión es la doctora, quien además insiste en que la reacción a los tratamientos es muy distinta en cada mujer: «No influye tanto la edad como la elasticidad de la piel, entre otros elementos».
Queda claro, por lo tanto, que no existen milagros, pero tampoco faltan soluciones para paliar el problema en mayor o menor medida. Todos los expertos coinciden en que lo mejor es mantener una serie de hábitos «sanos», tener paciencia y ser muy constantes.
La alimentación y el ejercicio representan aliados importantes, a los que se pueden sumar las técnicas de los institutos de belleza y los productos cosméticos. «Se trata de tratamientos complementarios, que ayudan siempre que haya una regularidad», señala la doctora. Dejarlos a medias no sirve de nada. Y, en caso de que la celulitis esté muy avanzada, lo más eficaz es pasar por el quirófano.
Dieta y ejercicio
En cuestión de alimentación, la clave no reside tanto en adelgazar -es posible perder kilos y no perder celulitis- como en seguir una dieta depurativa y baja en grasas: verduras, algo de fécula, carnes y pescados a la plancha o hervidos.
Carmen, nutricionista, explica que «comer sin grasas está bien, pero lo que realmente viene bien es tomar fibra (productos integrales) y beber muchísima agua. También es importante evitar dulces y el alcohol, ya que el azúcar que contienen va directa a los adipocitos si no se quema en seguida».
Y aquí es donde interviene el ejercicio, que, según esta especialista, «es útil precisamente para «gastar» esas grasas y azúcares». Entre los deportes más efectivos destacan la natación, el «jogging», la bicicleta y el aerobic, siempre que se practiquen regularmente. También patinar, bailar, subir escaleras y caminar media hora diaria a paso rápido.
Tratamientos estéticos
Aliados en la lucha contra el problema en cuestión, se aplican en los centros de belleza y son eficaces, dentro de los límites señalados, frente a la celulitis incipiente.
¿Qué consiguen? Que se movilice el tejido graso superficial, se estimule el drenaje linfático y la circulación sanguínea. Ahora bien, según Martín, directora de la clínica de medicina estética Cocoon, «no son suficientes las diez sesiones que se recomiendan normalmente en los institutos». En opinión de esta especialista, «para ver resultados, lo aconsejable es someterse a un programa de choque de dos sesiones a la semana, durante dos o tres meses, y luego a un mantenimiento semanal durante todo el año».
Hay que sospechar, por lo tanto, de las soluciones de hoy para mañana. «Además, no debemos olvidar que la celulitis es caprichosa y reacciona de forma completamente diferente en cada persona. Incluso algunos factores pueden anular totalmente la eficacia de un tratamiento, como por ejemplo tomar tranquilizantes o antidepresivos», añade Martín. Entre los tratamientos que se aplican con mayor frecuencia destacan:
MASAJES TRANSDÉRMICOS. Se hacen con unos aparatos de rodillos que se pasan por la zona a tratar. Cada centro de estética los presenta bajo un nombre diferente: Cellu, M6, Endermologie. Mejoran la calidad de la piel porque desestructuran los cúmulos de grasa, que se elimina posteriormente con la orina y el sudor.
DRENAJE LINFÁTICO. Para la celulitis con retención de líquidos. Es un masaje muy difícil de dar y de recibir, ya que duele mucho, pero es el único cuya efectividad se ha probado científicamente. Consistente en ligeras presiones en redondo, que empiezan en dirección descendente, desbloqueando poco a poco la linfa, como si el cuerpo fuera una tubería que hay que desatascar. Después de una liposucción es obligatorio.
ELECTROLIPOLISIS. Para todos los tipos de celulitis. Se basa en aplicar microcorrientes que «rompen» los adipocitos. Se realiza mediante unas placas con electrodos de baja intensidad, que activan la grasa para que se elimine a través de la orina y el sudor.
PRESOTERAPIA. Para piernas de mujeres con más de 40 años y que suman a la celulitis los problemas de circulación. Pero está desaconsejado en caso de varices. El masaje corre a cargo de unas botas que llegan hasta la cintura y que presionan de forma gradual y ascendente en los puntos linfáticos. Se consigue estimular la circulación y un drenaje profundo de la linfa.
EMPLASTOS DE ALGAS O ARCILLAS. Se extienden directamente sobre el tejido adiposo. Sus minerales y oligoelementos tienen propiedades desintoxicantes. Sólo sirven en casos muy incipientes o como complemento de otro tratamiento.
TERMOTERAPIA. Para celulitis localizada acompañada de obesidad. Consistente en aplicar calor por medio de baños, vendas o fangos. No se recomienda a personas con la tensión baja.
HIDROTERAPIA. Indicada en caso de celulitis «endurecida», sobre la que se proyectan chorros de agua a presión.
ACEITES ESENCIALES. El geranio, la menta o la angélica son vasodilatadores. Esto significa que aumentan el flujo sanguíneo, por lo que se evita la acumulación de lípidos y se eliminan toxinas.
Tratamientos médicos
Son tratamientos pensados para la celulitis en fase evolutiva y localizada en una zona determinada.
El más extendido es la Mesoterapia. Consiste en unas inyecciones con las que se infiltran en el tejido adiposo unas sustancias medicinales que «disuelven» ligeramente la grasa para que sea más fácil eliminarla. Esta técnica está contraindicada en caso de problemas vasculares. Son precisas varias secciones, siempre con un médico al frente.
Tipos de celulitis
1. Desde el punto de vista terapéutico y de acuerdo con la evolución del proceso degenerativo, la celulitis se clasifica en incipiente, evolutiva o avanzada.
2. Según el estado en el que se encuentre, puede dividirse en:
- COMPACTA. Duele incluso sin presionar la zona. Resulta difícil de «pellizcar», ya que la piel y los tejidos conforman un solo bloque compacto adherido al plano profundo muscular.
- BLANDA O DIFUSA. Cuando está muy repartida y, al pellizcar la zona, presenta un aspecto granuloso. No es dolorosa.
- EDEMATOSA. Se localiza exclusivamente en las extremidades inferiores y se aprecian características de las dos anteriores.
Lo que hay que evitar
- Utilizar prendas de vestir muy apretadas, que obstaculizan la circulación venosa y linfática.
- Beber refrescos azucarados y bebidas alcohólicas. El alcohol también ejerce una mala influencia en la circulación.
- Los estimulantes, como el tabaco y el café.
Tratamientos quirúrgicos.
Se utilizan principalmente para tratar la celulitis compacta o en fase avanzada. Es decir, para aquellas alteraciones que no muestran ninguna reacción frente a una dieta sana, sesiones de ejercicio y tratamientos «menores». La cirugía está contraindicada en pacientes diabéticos, con hipertensión u otras enfermedades sistémicas.
La liposucción es la técnica más conocida para eliminar cúmulos de grasa localizada. Su principio básico es sencillo: con unas cánulas de 2 o 3 mm, se rompe la grasa con el fin de aspirarla a continuación. La nueva variedad, que se conoce como liposucción ultrasónica, es aplicada ya por algunos profesionales. Su objetivo es el mismo: eliminar las células grasas.
Recientemente, las noticias relacionadas con un informe publicado por «The New England Journal of Medicine» han levantado una importante polémica al asegurar que la liposucción podía ser mortal. Según dicho informe, la lidocaína, uno de los analgésicos utilizados en esta intervención, puede tener efectos fatales al sobrepasar ciertas dosis.
La doctora, no oculta su indignación ante esta información: «A veces aparecen noticias poco contrastadas o que, al traducirlas, presentan grandes errores, de manera que, en lugar de informar, desinforman. En el caso de la liposucción, la infiltración que se realiza está mundialmente aceptada y se rige por unas fórmulas que debe respetar cualquier profesional. A nadie se le ocurre poner ni más ni menos de la cantidad estipulada. Es una barbaridad pensar que se puede aumentar de 10 a 15 la dosis recomendada.
Si fuera así, no hablaríamos de las cinco muertes que cita el estudio, sino de muchísimas más». En su opinión, «el riesgo de que la infiltración pase a un vaso sanguíneo existe, pero como en todas las operaciones. Es lo que se llama «riesgo quirúrgico». Millones de personas se han sometido a la liposucción, la estrella de la cirugía estética, con resultados espectaculares».